miércoles, 3 de febrero de 2016

Observando a Aniol

Hoy estoy sorprendida... Aniol se ha querido quitar los pantalones y los calcetines... Esto, que puede parecer la cosa mas normal y natural del mundo en cualquier niño, en él es toda una proeza. Nunca quiere quitarse la ropa delante de gente que no conoce, su sentido del pudor es tan grande que puede llegar a ser exagerado en un niño de 3 años. Esta vergüenza extrema le limita para muchas cosas y, si añadimos que no le gustan nada las sensaciones nuevas en su piel, tenemos a un pequeñajo al que quitarse los pantalones y los calcetines le cuesta un montón y que quiera hacerlo por voluntad propia me ha parecido digno de observación! Hoy no estamos con otra gente, sólo Èrika, Aniol y yo, pero las sensaciones táctiles son las mismas.

Pues está correteando por la habitación y jugando con todo, sin molestarse por aquello que sus piernas rozan. Al principio, durante unos minutos, iba con su pantalón en la mano a todas partes, supongo que era por precaución, o eso he interpretado yo "si esto no me gusta me los vuelvo a poner ipso facto", pero al cabo de un rato ha tirado los pantalones sobre el sofá y ha seguido jugando tan tranquilo y tan contento. ¡Si hasta se sienta sobre la alfombra y arrastra las rodillas para coger algo a lo que no alcanza desde donde está!

Es cierto que desde hace unos días le vienen gustando los masajes en las piernas y que hasta no hace mucho no lo soportaba... ¡quién sabe! Tal vez en menos de lo que imaginamos dejen de haber sensaciones táctiles difíciles y quiera descalzarse en la playa o tocar el musgo de la montaña...

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