viernes, 8 de mayo de 2015

Aprendiendo a ser mamá

Ser mamá no es ni tan difícil ni tan sencillo como nos han dicho unas y otras... A veces puede convertirse en un auténtico calvario y otras en la cosa mas maravillosa del universo.

Como mil veces se ha dicho "Mis hijos son mis maestros" y no puedo negarlo ni un solo segundo! Desde que estaban dentro de mi, cada uno de ellos me ha ido enseñando cosas diversas, desde escuchar con el corazón hasta que hay distintas formas de atarse los zapatos!!!

En el embarazo de Èrika aprendí lo que era ser realmente muy feliz, aprendí que hay personas que crecen "a trompicones" y aprendí a saber cuando estaba creciendo y cuando se estaba tomando un descanso. Con su nacimiento aprendí que las cosas no salen como uno piensa ni aun teniendo las cosas muy claras e información, aprendí que la felicidad y la tristeza pueden convivir en el mismo instante y en la misma persona y que es una sensación realmente estraña y contradictoria... ¿cómo puedes estar feliz y triste a la vez? Pues sí, se puede... En sus primeros meses aprendí que aquello con lo que siempre has soñado puede hacerte muy infeliz cuando llega y que no todas las madres aman a sus bebés desde el primer día. Aprendí que la maternidad podía ser una bofetada muy dolorosa y un camino muy solitario y que eso parecía no estar permitido... Unos meses después aprendí que la maternidad puede ser algo precioso y que es necesario compartirlo, tanto lo bueno como lo "malo", aprendí lo que es el amor incondicional. Con ella sigo aprendiendo, sigo creciendo... Èrika me cambió mi estilo de vida y gracias a ella me dedico a la maternidad y a la crianza.

En el embarazo de Aniol aprendí lo que era el sufrimiento y el miedo intensos y lo que era la fe ciega, aprendí a hacer caso a mi instinto mas que a nada en el mundo, aprendí a ser fuerte y creer en mi y en él. Con su nacimiento aprendí que el instinto siempre me va a guiar y que yo estoy muy conectada a ese instinto, aprendí que la felicidad era posible y sané heridas. En sus primeros meses aprendí que el contacto es fundamental para todo ser humano, aprendí que por mucho que sepas siempre hay algo por aprender, aprendí a escuchar aun mas a mis peques, aprendí a sentir la vida en todos los poros de mi piel y a perseguir mis sueños, Unos meses después aprendí que el miedo enterrado sale un día u otro y que es imprescindible sanar en lugar de olvidar. Con él sigo descubriendo, sigo deseando... Aniol me cambió por dentro y gracias a él cada día puedo dar mas y vivir mas intensamente.

Cada día me levanto con la mente y el corazón abiertos, con ganas de sorprenderme, con ilusión por los momentos en los que puedo ser realmente feliz y hacer feliz a otra persona, intentando estar en el "aquí y ahora" sin dejar de ser pasado y futuro. Cada día intento ser un poco mas coherente conmigo misma, con quien soy, con lo que siento, con lo que deseo... Mis pequeños maestros me ayudan a ello...