domingo, 14 de febrero de 2016

Las caras y Cuenca

Camino a Cuenca decidimos hacer una visita a un pueblo del que no habíamos oído hablar. En las guías turísticas queda, a menudo, relegado a las últimas hojas. Parece no tener nada realmente interesante. En cambio, ¿quién no ha oído hablar de las casas colgadas o de la ciudad encantada? De hecho, a pesar de haber estado allí hacía unos años, la ciudad encantada era nuestra primera opción, así como ver la ciudad de Cuenca, pero el destino nos tenía reservada una sorpresa y, por casualidad, descubrimos Buendía.


El nombre en sí, por sí solo, ya es bonito y un lugar que se llame Buendía merece ser visto, "seguro que sera un buen día", nos dijimos. Allí hay un área para autocaravanas, que pintaba muy bien pero que, siendo temporada taaaan baja, encontramos cerrada, al igual que la oficina de turismo. No hubo problema, el pueblo tiene varios rincones muy bonitos y llanos donde poder aparcar y al día siguiente visitamos las calles de Buendía. És un pueblo pequeño pero tiene su encanto. Unas cuevas con tinas en su interior, tiendas en las que los dependientes te atienden con amabilidad, calles estrechas, la plaza con el ayuntamiento a un lado y la iglesia al otro, un quiosco y poca gente por la calle... siendo un día laborable y con el frío que hacía y las nubes que había supongo que era lo normal, poca gente...


Después de aprovisionarnos fuimos en dirección a una ruta singular llamada "las Caras de Buendía". ¡¡¡¡Qué maravilla!!!!! Algunos escultores han decidido hacer auténticas obras de arte en la montaña. Caras, espirales, cruces... todo ello tallado y esculpido en la misma roca de la montaña, algunas de ellas a mas de 8 metros de altura. Son auténticas maravillas! Vale la pena hacer el recorrido con calma, observando, disfrutando y admirando el trabajo de estos artistas. Hay muchísimas! Las vistas del pantano también son muy bonitas y el bosque por el que transcurre el recorrido nos regaló una ardilla trepando por un árbol y saltando de rama en rama.



Hubo una escultura que me gustó especialmente, supongo que a cada uno le tira lo suyo... Juan J Maldonado, el autor, la llamó "moneda de vida" y a mi me parece sensacional:

Fuimos a Cuenca donde no las teníamos todas con la casa con ruedas... las calles estrechas de doble sentido y empinadas nos hacían temer encontrarnos al autobús de cara... por suerte llegamos hasta el aparcamiento del barrio del Castillo y allí encontramos nuestro jardín para un par de días. ¡Qué vistas! teníamos unas montañas maravillosas a un lado, escarpadas, todo un circo, y al otro lado las casas colgadas. Hicimos turismo por la ciudad, vimos la catedral por fuera que destaca por lo blanca que es y después nos perdimos por sus callejuelas. A lado y lado de la ciudad antigua hay unos paseos que ofrecen vistas preciosas de los circos de montañas que rodean Cuenca. Hace muchos años habíamos estado allí, en las montañas, durmiendo en una cueva mientras nevaba fuera, calentándonos al lado de un fuego rodeados de amigos contando historias y riendo. Entonces nuestras vidas eran muy distintas y jamás hubiéramos imaginado que una década y pico mas tarde volveríamos a Cuenca viajando en una casa con ruedas y con dos pequeñajos que nos tirarían de la chaqueta para decirnos "¿vamos a un parque?". No encontramos parque alguno, pero sí las casas colgadas y fue emocionante pasar por el puente rojo para poder verlas. A ellos no les entusiasmaron especialmente las casas, pero sí el puente que era muy alto y les pareció muy divertido.

Lo que también tiene Cuenca son cuestas... Al final del día costaba que los peques caminaran y yo también estaba bastante cansada... Jordi... ¡¡¡él aguanta mucho mas!!!!

Regresamos a nuestra casita y partimos rumbo a Sant Celoni...

2 comentarios:

  1. ¡Cuenca por estas fechas! ¡¡Qué frío!!
    Supongo que Buendía es donde está el pantano de Buendía: en ese pantano logré navegar en canoa... ¿o es otro Buendía?
    Sea como fuere, ya se ve que pasasteis un buen día (qué chiste mas malo).
    Ánimo con la aventura!!!

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    1. Hombre, frío hizo, pero la verdad es que con este invierno tan "light" que estamos pasando tampoco fue para tanto...
      Y el Buendía es el mismo que el del pantano. Desde lo alto de la calavera se veía el pantano, aunque en esta época poco invitaba a navegar en canoa.

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