Iniciamos
un camino hacia el Sur, ese camino que queríamos haber empezado a principios de
febrero pero que por razones varias tuvo que atrasarse. ¿Nuestro destino?
Llegar a Cabo de Gata y volver a subir. ¿La ruta? Un poco pensada pero dejando
bastante margen para la improvisación. ¿Fechas del viaje? De finales de Febrero
al finales de Marzo. Para el domingo de ramos queríamos estar con la familia y
celebrar “la mona” con sobrinos y padrinos.
Con
estas premisas nos empezamos a dirigir al sur… La primera parada fue Benicarló,
de allí directos hacia Jaén, Linares y Baeza, después Cartagena, Murcia y
Mazarrón, por fin llegamos a Cabo de Gata, aunque primero pasamos por
Carboneras. La Manga del Mar Menor y el Palmeral de Elche van después y a
partir de ahí subir hasta nuestro pueblo con alguna parada en algún lugar que
nos llamase por el camino.
A veces
me habéis preguntado si tenemos un plan concreto o vamos haciendo sobre la
marcha, pues bien, hay un poco de cada. Sabemos qué día nos vamos, sabemos qué
día debemos volver y sabemos algunos de los sitios o regiones que queremos ver,
pero por lo general no sabemos dónde dormiremos ni qué visitaremos
concretamente (alguna cosa sí, pero no todo). Dejamos mucho margen para que los
peques puedan disfrutar casi cada día de unas cuantas horas de parque y no
tener que conducir todos los días. A parte de esas pequeñas premisas, lo demás
vamos haciéndolo improvisadamente o planificándolo de un día para otro.
Precisamente es eso lo que buscábamos con esta vida itinerante: salir de la rutina,
tener tiempo para decidir en cada momento lo que nos apetece o lo que nos
interesa hacer, aprender del momento, de lo que nos encontremos y descubrir un
ritmo que, aunque estábamos convencidos que existía, estábamos empezando a
olvidarlo, un ritmo sin prisas, sin estrés, sin horarios esclavizantes. Somos
conscientes que somos unos privilegiados al haber podido escoger, pero también
somos conscientes que si hemos podido escoger es porque hemos querido hacerlo.
Renunciamos a muchas cosas (no tenemos ni 30m2 con habitaciones para refugiarnos
cuando lo necesitamos, no podemos almacenar mas de lo necesario porque no
tenemos sitio para ello, cuando sopla el viento no podemos descansar porque la
autocaravana se mueve tanto que parece que va a volcar, no podemos ir al cine o
a cenar cuando nos apetece, no tenemos televisión,…). Siempre me han dicho que quien algo quiere algo le
cuesta, así que nosotros hemos podido escoger porque hemos decidido renunciar a
muchas cosas. Aunque nuestra vida parezca idílica, a veces también es dura,
pero para nosotros, los buenos y maravillosos momentos, las experiencias que
vamos viviendo y todas las cosas buenas compensan, con creces, las
incomodidades que podemos tener.
Este
viaje al sur es especial. Es un punto de inflexión, un punto de partida.
Después nuestro objetivo será el Norte y estaremos muchos meses fuera, si todo
va bien algo mas de tres meses sin aparecer por nuestro pueblo, viviendo en
nuestra casa con ruedas en otros países, con otras lenguas, con otras costumbres…
De momento exprimiremos el sur y después ¡ya volaremos al norte!
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