Un
viaje de 6 horas puede ser cansado para cualquiera, ¡pero para los peques más
todavía!
De
Benicarló a Jaén en un día, pero con mil paradas y a ritmo de nuestros peques.
Eso quiere decir que salimos justo después de desayunar, paramos para comer un
par de horas, paramos para merendar un rato más, a poner gasolina y a estirar
las piernas jugando al pilla-pilla, al stop y al escondite inglés. Un rato más
en carretera y a cenar y después de cenar unos últimos kms hasta Jaén.
1.- LA CIUDAD DE LOS NIÑOS
En Jaén
aparcamos junto a la “ciudad de los niños”. Uno de los mejores parques
infantiles gratuito en el que hemos estado. Los peques estaban dormidos cuando
llegamos, así que al despertarse por la mañana la sorpresa fue genial.
Vieron
el barco pirata, el castillo, las vacas y todo lo demás y fueron los más
rápidos en desayunar, vestirse y asearse para salir. La lástima es que no abría
las puertas hasta las 11 de la mañana (para evitar el absentismo escolar según
nos dijeron cuando llamamos al ayuntamiento para conocer el horario del parque),
así que mientras esperábamos aprovechamos para ir a comprar al supermercado y
después a pasar la mañana en el parque.
Disfrutaron
de lo lindo trepando, deslizándose por los toboganes, saltando de plataforma en
plataforma, columpiándose en columpios gigantes, subiéndose en vacas, caballos
y cabras, jugando a ser caballeros en el castillo y piratas en el barco… Tan
sólo paraban para pedir una galleta o un poco de agua y ¡a seguir disfrutando!
2.- EL MUSEO DE ARTES Y COSTUMBRES POPULARES
Por la
tarde el tiempo cambió y aunque pudieron estar un ratito en el parque, después
empezó a llover y tuvimos que marcharnos. Era el momento ideal para ver algo de
Jaén, pero la verdad es que hacia bastante frío y la lluvia no cesaba. No
apetecía mucho callejear, así que nos dirigimos al museo de Artes y Costumbres
Populares. Si soy sincera no esperaba estar mucho rato allí porque estaba
convencida que los peques se cansarían enseguida y sería aburrido para ellos,
pero la verdad es que me sorprendió muy gratamente.
Los baños árabes les gustaron mucho puesto que pasamos por encima de ellos y los veíamos a través del suelo transparente, allí descubrieron que no siempre hubo duchas ni bañeras en todas las casas y que la gente debía reunirse en baños para lavarse, al principio les pareció algo muy raro y creo que aún se lo parece!
Después la sala con carruajes antiguos hizo volar la imaginación de Èrika y soñaba con ser una princesa que iba en una carroza tirada por caballos (además ese día había querido ponerse un disfraz de princesa para ir al museo) y Aniol hacía el ruido del rechinar de los caballos mientras iba de un carruaje a otro.
En la sala de juguetes antiguos no sé quién se lo pasó mejor, si los peques o los mayores… ¡parece mentira que nos emocionáramos tanto viendo juguetes de cuando nosotros éramos pequeños! Jajaja y los niños se lo pasaron genial viendo aquellos juguetes de los que les contábamos cosas tan emocionados y, evidentemente, aprovecharon para pedirnos si les dejaríamos nuestros juguetes o les compraríamos unos como aquéllos… un mecano, una casa de muñecas gigante, coches de latón o muñecas de porcelana.
Después
de eso, subir a la cafetería y salir a ver las maravillosas vistas aunque fuese
bajo una leve pero constante lluvia fue muy bonito, ¡aún se veía nieve en
Sierra Nevada!
3.- EL MUSEO DE ARTE NAÏF
4.- DE TAPAS EN LINARES
Nuestro
viaje por tierras de Jaén no podía pasar sin ir de tapas, así que seguimos la
recomendación de unos buenos amigos (¡¡¡gracias Ali!!!!) y nos dirigimos a
Linares donde comimos unas tapas buenísimas –y libres de gluten para mí!- y
bebimos mosto hasta hartarnos. La idea era tapear y después ir a comer, pero
con las dos o tres tapas que acabamos tomando ¡el estómago ya no nos daba para
más! Todo estaba buenísimo y el mosto nos pareció exquisito.
5.-CALLEJEAR POR BAEZA
Al día
siguiente debíamos escoger entre Baeza o Úbeda ya que no teníamos tiempo para
ir a ambos sitios y finalmente nos decidimos por Baeza. Sinceramente, para la
fama que tiene y para ser patrimonio de la humanidad, esperaba más, aunque no
puedo decir que sea un lugar feo porque no lo es, me decepcionó. Esperaba un
centro totalmente antiguo, sin calles modernizadas ni edificios de los años
60-80 y supongo que al ver algunos edificios muy bien conservados rodeados de
otros más nuevos pues… no era lo que yo esperaba. La universidad fue uno de los
lugares que más nos gustaron, al igual que las calles de la antigua muralla
donde todavía queda conservado el casco antiguo.
Una curiosidad… en los pasos
de peatones se pueden leer frases del célebre poeta Antonio Machado.
Y hasta aquí nuestra visita a Jaén, Linares y
Baeza, después pusimos rumbo a Castril.
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