sábado, 25 de julio de 2015

Cuando todo cambia: Una Maternidad Viajera

Hace algo mas de un par de años abrí mi propio negocio. Un espacio para la maternidad y la crianza en el que soñaba hacer muchas cosas. Al mes y medio de abrir nació Aniol y fue una de las épocas más bonitas e intensas de mi vida, como madre y como profesional. Èrika tenía dos años y medio y se la veía feliz en aquel lugar. El pequeñajo de la casa casi nació ahí. En menos de una semana este espacio ya no será mío...

Este mediodía pensaba en ello y lloraba. No sé exactamente qué sentimiento me invadía. Tal vez algo de tristeza, añoranza, dolor, recuerdos, alegría, esperanza, sueños... todo un poco, nada concreto. Pensar que Aniol nació a la vez que el centro y que Èrika lleva la mitad de su vida jugando ahí me ha removido. Mi niña me preguntaba que porqué lloraba y me decía "pero mami, si tu querías dejarlo y estar con nosotros todo el día, ¿es que ya no quieres?" Yo la explicaba que no es eso, que tenía sentimientos encontrados y contradictorios y ella insistía "fui yo quien te pidió que la dejaras, ¿verdad? y ahora estás triste por eso". ¡Madre mía! Noooooo. Ese sentimiento de culpa tan grande no debería caber en un cuerpo y en una mente tan chiquitinas!

He reflexionado profundamente. Sí, es cierto, ella no quería que me fuera a trabajar y muchísimas tardes se quedaba llorando, en parte eso me hizo tomar la decisión de traspasarla, pero no fue únicamente el sentimiento de mi hija lo que me impulsó a tomar dicha decisión. Apenas veía a mis hijos y me iba a trabajar para intentar que otras familias pudieran tener una crianza respetuosa y de contacto con sus peques... ¿y yo? Yo apenas los veía, de los cinco días a la semana que trabajaba, algunos días tan sólo estaba con ellos la media hora antes de ir al cole por la mañana y media hora mas al mediodía. Los días que tenía mas suerte o que me lo podía montar mejor tal vez estaba con ellos un par de horas en total. Yo, que creo firmemente en la crianza respetuosa y de contacto, que pienso que no existe eso del tiempo de "calidad" sino que todo el tiempo que pases con tus hijos es de "calidad" y, por lo tanto, cuanto mas estés con ellos mas "calidad" tendrán, que ayudo a otras familias para que puedan disfrutar de sus pequeños, que defiendo que madres e hijos no tengan que separarse tras la baja por maternidad... Yo ¡estaba haciendo todo lo contrario! Tanta contradicción no puede ser buena y mas vale cambiar aquello que no va bien cuando aun estás a tiempo, dicen que rectificar es de sabios, pues intentaré serlo tan solo un poquito...

A nivel profesional creo que hice una buena elección cuando decidí abrir el centro entonces y formarme en temas de maternidad y crianza.
A nivel personal creo que debía haberlo hecho 5 años antes o 10 años después, pero no en el momento en que lo hice.

Mi hija me ha ayudado a darme cuenta de lo que realmente me importa, así que nuestro nuevo proyecto nos llevará al lado opuesto en el que estamos. Si ahora apenas nos vemos los cuatro y tenemos siempre las mismas rutinas, pronto pasaremos a vivir en 7 metros cuadrados y viajar constantemente. Nos espera un intensivo familiar, una nueva forma de vida, un concepto distinto de lo que hasta ahora ha sido nuestra familia, una manera de vivir mucho mas acorde a nuestras creencias y sentimientos: Una Maternidad (y paternidad) Viajera

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